Existen numerosas clasificaciones de los ejercicios de entrenamiento en función del contexto en el que se hacen y de los objetivos a los que se aplican. Según sus efectos, los ejercicios pueden ser clasificados en localizados (ejercicios orientados al entrenamiento de determinados músculos, p. ej., pectoral, bíceps), generalizados (implican grandes grupos musculares, p.ej., sentadilla, cargada de fuerza) y de tipo específico (reproducen gestos de la competición) (González-Badillo y Ribas, 2002).

Según el régimen de acción muscular, los ejercicios pueden ser de tipo dinámico (concéntrico, excéntrico o ciclo de acortamiento-estiramiento) o estático (isométrico). Los ejercicios dinámicos también pueden ser clasificados en función de la resistencia/tensión desarrollada durante la acción muscular. Según esta clasificación, los ejercicios pueden ser: 1) de tipo isotónico (los realizados con pesos libres), en los que la resistencia externa no varía; 2) de tipo isocinético, en los que la velocidad de movimiento es supuestamente constante (se realiza una tensión sobre un brazo de palanca que se desplaza a una velocidad constante durante todo el recorrido articular); y 3) de resistencia variable, que se realizan en dinamómetros que presentan una polea diseñada para que la resistencia externa sea variable a lo largo del movimiento.

M. Izquierdo Redín, J. J. González-Badillo y E. M. Gorostiaga Ayestarán (2006), Prescripción del entrenamiento de fuerza, Fisiología del ejercicio (pp. 151-152). PANAMERICANA (E.d.)

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