La evaluación de la fuerza forma parte del control del entrenamiento. El control tiene como objetivo proporcionar constante información acerca de los efectos del trabajo realizado y del estado físico-técnico del deportista. Una de las exigencias del control es la medición de las variables que expresan la evolución del efecto del entrenamiento. A través del control se racionaliza el proceso de entrenamiento, ya que gracias a la información obtenida vamos a poder tomar decisiones fundadas acerca del estímulo más ajustado y obtener los mejores los mejores rendimientos con el menor esfuerzo.
Pero para que las decisiones puedan llegar a ser correctas es necesario que los datos empíricos sean de la máxima confianza, ya que de lo contrario estaremos invalidando cualquier relación que pretendamos establecer entre el entrenamiento realizado y los resultados de los test. La buena medición es una tarea tan importante como compleja en el campo deportivo. Si queremos avanzar y fundamentar nuestras decisiones en una base medianamente sólida, es necesario que utilicemos la medida como apoyo para diagnosticar y evaluar el trabajo que realizamos.
González